Dona X Cuba

viernes, 6 de diciembre de 2019

Medico cubano, estirpe de amor.

Jamás criticare a la medicina cubana, a los grandes médicos y personas buenas que me formaron, seres autenticos y desinteresados, que trabajaban por amor y conviccion, ganaban menos de 30 dolares mensuales, y compartían su tiempo entre pacientes y estudiantes de Medicina, año tras año y dia tras dia. Con miles de defectos, carácter diverso, malas pulgas en ocasiones, pero jamas olvidaron cumplir un deber que no tiene precio.
Personas enormes a las cuales hoy les agradezco su paciencia, ( en ese tiempo yo no era nada fácil, solía ser algo rebelde y a veces hasta sin causa), seres humanos que salvo excepciones, ya no he de volver a ver.
Sin embargo a quienes criticare hasta el cansancio, es al regimen que los deshumaniza y oprime, que los esclaviza y amarra. A los endemoniados que los explotan, en muchas ocasiones hasta despues de haber llegado al climax de su vida profesional util, a esos que criminalizan su escape, cuando deciden hacerlo, aunque algunas veces ya un poco tarde.
 Es por eso que mientras tenga fuerzas abogare por las nuevas generaciones de medicos cubanos, para que no se dejen engañar del castrismo. Ustedes no le deben nada al desgobierno ese. Los impuestos que pagaron sin darse cuenta, y la vida entera de sus padres, e incluso de ustedes mismos, hace mucho tiempo que pago esa carrera, y si a eso le suman años de trabajo mal remunerados, entonces mas bien "ellos", los esclavistas y mamarrachos vive bien, son los que les deben a ustedes. A quienes sí deberían agradecer, es a Dios en primer lugar, porque sin el nada seria posible, y los comunistas por mucho tiempo (aunque infructuosamente) intentaron desaparecer de nuestras vidas; luego al pueblo cubano que solventa dia a dia aun sin saberlo, sus carreras y salarios, y que aun así, viviendo una vida humilde y sin libertad, no pierden esa sonrisa del rostro,  y por ultimo pero no por eso menos importante, agradezcan a esos profesores desinteresados que no tienen temor de enseñarles todo lo que saben, sin celos ni malos rollos, un tipo de personas únicas, que no volverán a conocer nunca, en otro país diferente a nuestra sufrida Cuba.